MONS. JOSÉ LUIS RETANA GOZALO, NUEVO OBISPO DE SALAMANCA Y CIUDAD RODRIGO |
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REFLEXIONES DEL ANTERIOR OBISPO, MONS. CARLOS LÓPEZ EN LA REVISTA "COMUNIDAD"
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El pasado día 19 de marzo, como todos los años, hemos celebrado la festividad de San José, Día del Seminario. Un acontecimiento, siempre importante, pero más todavía en este tiempo, donde parece que las ideas fundamentales de las vocaciones sacerdotales, no son valoradas, ni explicadas con suficiente claridad, de forma que se descubra que se trata de un compromiso de todo cristiano. El ser "médico de almas", no es sólo una profesión, es una vida entregada al servicio de Dios, de la Iglesia y de todo hombre y mujer, que necesite una palabra de aliento, ante un mundo consumista y lleno de necesidades humanas, donde se ignora lo verdaderamente transcendental que es Dios, su amor, perdón y salvación. Nuestro Obispo, D. Carlos ante este día de raices profundas nos invita a una densa reflexión sobre el sacerdocio y su misión evangelizadora. Podemos meditarlas a través del texto que la Revista Comunidad expresa sobre este fin y que subrayamos en un breve fragmento.
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De una forma muy especial, los jóvenes, necesitan sentir y vivir desde la clave del amor. El amor, nadie lo duda, mueve el mundo y los recovecos más íntimos del ser humano. Una forma, aunque quizás no la única, de sentirse amado y amar, es entregarse a Dios que se nos define como amor (Jn, 15). En el Día del Seminario, nuestro Obispo, D. Carlos, hace una seria reflexión, sobre el desprendimiento de los jóvenes para seguir a Jesús desde los consejos Evangélicos. Es sin duda, una entrañable idea para subrayar la necesidad de vocaciones al sacerdocio y meditar como esas vocaciones siempre nacen desde una estructura amorosa que se comienza a practicar desde muy jóvenes y la vez se nos indica las causas que amenazan esas vocaciones hoy. Así lo expresa D. Carlo en el siguiente fragmento del Día del Seminario, publicado en la Revista Comunidad.
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La Eucaristía, como centro de la Iglesia, donde nos alimentamos con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, es el sumo sacramento del amor del Señor muerto y resucitado. Ese amor hasta dar la vida por el hombre, se representa en el Corazón de Cristo, traspasado y roto. Nuestro Obispo D. Carlos López, lo subraya en su profunda reflexión publicada en la Revista Diocesana Comunidad, de donde sacamos un fragmento, que sin duda nos enriquecerá para valorar más cada día nuestra celebración eucarística con el fin de ser testigos creíbles del Evangelio en nuestro mundo.
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En la Revista de la Diócesis de Salamanca "Comunidad", la pasada Semana Santa 2010, Monseñor Carlos López, Obispo de Salamanca, hacía una profunda reflexión, sobre cómo la cruz de Jesús es la domostración de su amor. El Apostolado de la Oración, tiene su centro y fundamento en el amor de Cristo representado en su Corazón. Por eso creo que hacer una oración serena, teniendo como base las palabras del Sr. Obispo en uno de los párrafos de su escrito y los textos bíblicos que él mismo cita, puede ser de gran utilidad para enfocar con responsabilidad una meditación que nos llene de fuerza en nuestra vida apóstolica.
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Una vez más, reproducimos el texto de nuestro Sr. Obispo, D. Carlos, publicado en la Revista diocesana COMUNIDAD del pasado octubre de 2011. Como no podía ser de otra manera las reflexiones y palabras de nuestro Pastor en Salamanca, al comienzo del nuevo curso escolar, no podían centrarse en otro tema que no fuera el gran don de Dios que supuso para todos la Jornada Mundial de la Juventud celebrada el pasado mes de agosto. J. L. Ullán, S. J. |
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