BEATIFICACIÓN DEL PADRE HOYOS
La Misa y beatificación del Siervo de Dios Bernardo Francisco de Hoyos S.J. fue presidida, el día 18 de abril de 2010, III Domingo de Pascua, en Valladolid por S.E. Rvma. Mons. Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las causas de los santos y representante del Papa para la beatificación.
 
Biografía

En la villa de Torrelobatón (Valladolid) nació el 21 de agosto de 1711 el primogénito del notario Manuel Hoyos y de su esposa Francisca de Seña.

Fue bautizado en la parroquia de Santa María de su pueblo natal con el nombre de Bernardo Francisco (Javier).

Recibió su primera eduación en familia; siendo su piadosa madre la que se encargó de la instrucción del hijo. A los diez años fue enviado a estudiar un año (1721-1722) al colegio de los Santos Pedro y Pablo, que los Padres de la Compañía de Jesús dirigían en Media del Campo (Valladolid).

Continuó con estos mismos padres durante unos cuantos años más (1722-1726) estudiando Humanidades en el colegio de Villagarcía de Campos (Valladolid).

Aquí es donde Bernardo sintió la vocación de entregarse a Dios en la Compañía de Jesús. La provincia jesuítica de Castilla tenía el Noviciado de Villagarcía de Campos. Parece que los buenos ejemplos de los novicios influyeron en la decisión del Siervo de Dios. Pero no fue fácil, como creyó en un primer momento, realizar su propósito.

Como era natural, la Compañía exigía el permiso expreso de los padres, los cuales pensaron que Bernardo era todavía muy joven para tomar un decisión de ese tipo. Prefirieron esperar. Lo consultaron y meditaron, hasta que finalmente se convencieron de que se trataba de una sólida vocación.

Fue en ese momento cuando murió su padre (25 abril 1725) y su madre, mujer profundmente cristiana y fuerte dio el permiso para que Bernardo entrara en el Noviciado.

El joven frecuentó el último curso de Humanidades, pero cuando creía y próxima la realización de sus deseos, tuvo que afrontar el obstáculo de los Superiores, preocupados por el hecho de que Bernardo, a causa de su escaso desarrollo físico no tuviera la fuerza sufiente para los trabajos de la Compañía.

Sin embargo, aclarado felizmente este punto, pudo entrar en el Noviciado el 11 de julio de 1726. Fue aquí donde puso los fundamentos de us elevada espiritualidad sólidamente ignaciana, que lo distinguiría durante el resto de su vida.

El 12 de julio de 1728 pasó de Villagarcía a Medina del Campo para estudiar Filosofía durante un trionio (1728-1731). Continuó cultivando intensamente la vida espiritual comenzada en el Noviciado, se dedicó asiduamente y con seriedad al estudio, en el que consiguió tales progresos que, al final del tercer año, fue elegido por sus profesores para defencer las tesis de Filosofía en una sesión pública y solemne.

Posteriormente fue enviado al colegio de San Ambrosio de Valladolid para estudiar Teología. Fueron años (1731-1735) de gran trascendencia para nuestro joven.

Ya durante el primer año fue elegido de nuevo para la pública defensa de las tesis de Teología explicadas durante el curso que, según la opinión del P. Juan de Loyola desarrolló brillantemente Bernardo.

A partir de ese momento (1732), el resto de la vida del P. Hoyos estuvo dedicado a implantar y difundir el culto del Sagrado Corazón de Jesús en España. El Siervo de Dios descubrió este culto por una serie de circunstancias providenciales. Durante la solemne eucaristía de la Ascensión del Señor, 14 de mayo de 1733, el Señor se dignó confirmar a Bernardo la difusión de su culto en España: manifestación que se denomina "La Gran Promesa".

En 1734, y antes de ser sacerdote, los Superiores confiaron a Bernardo algunos sermones cuaresmales que era costumbre tener en el Campo Grande de la ciudad. En ellos se pudo comprobar la opinión que todos tenían del Siervo de Diós como un exelente orador y predicardo apostólico.

En octubre de este mismo año (1734) se pidió la dispensa de edad para que Bernardo recibiera el sacerdocio. Comenzó a prepararse con fevor para recibir las sagradas órdenes del subdiaconado (18 de diciembre) y diaconado (31 diciembre 1734), siendo ordenado presbítero el dos de enero de 1735 en la capilla del Obispo ordenante, Fernando Domínguez de Toledo, Obispo de Valladolid.

El 6 de enero de 1935 celebró su primera Misa en la iglesa del colegio de San Ignacio (actual Iglesia de San Miguel), invitado y asistido por el Rector P. Manuel de Prado, anterior Provincial de Castilla, que había solicitado la dispensa de edad para la Ordenación del Siervo de Dios y conocía los secretos de su espíritu.

Durante ese curso finalizó sus estudios y, a principios de septiembre se trasladó al colegio de San Ignacio donde, según la costumbre de la compañía debía realizar su Tercera Probación.

Este año comenzaba generalmente con el mes de ejercicios espirituales de San Ignacio. Casi al final se sintió indispuesto: estaba afectado de tifus, epidemia que había invadido la ciudad.

A partir del 18 de noviembre se agravó la enfermedad. Le administraron los Santos Sacramentos y el 29 de noviembre de 1735, cuando contaba con apenas 24 años, expiró. Fue enterrado en la iglesia del Colegio de San Ignacio y la fama de santidad que lo acompañó en vida aumentó después de su muerte y de modo admirable, considerando las circunstación adversas por las que tuvo que pasar la Compañía de Jesús. Bernardo supo unir su ardiente fervor espitiritual con la humildad y simplicidad de vida, huyendo de toda exterioridad. El encuentro con el Señor y su experirencia personal de amor misericordioso de Jesucristo fue el centro de su espiritualidad y misión dedicada a la propagación de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Web oficial de la beatificación